Fagor Placa Lisa Kore

La Placa Lisa Kore modelo 19078476 tiene unas dimensiones de 350 x 300 mm (ancho x fondo) y un peso neto de 2,0 kg. El volumen neto es de 0,040 m³.

Es fundamental realizar una limpieza profunda y regular. Si observas que la superficie parece "cascarillarse" o desprender capas, normalmente no es un defecto del material, sino acumulación de grasa solidificada. Esta grasa, al enfriarse, se adhiere con fuerza y puede confundirse con un problema de la placa.

Recomendamos usar un desengrasante profesional adecuado para placas de hierro o acero, aplicarlo con la placa templada (no muy caliente) y rascar con una rasqueta o espátula. Si la grasa está muy incrustada, puedes usar hielo para ayudar a despegar la suciedad, pero siempre acompañado de desengrasante. Evita productos abrasivos que puedan dañar el material.

Un truco práctico: si dudas si lo que ves es grasa o deterioro, acerca un imán. Si se pega, es grasa; si no, es posible que sea material desprendido. Mantener la placa limpia tras cada uso prolonga su vida útil y evita problemas de rendimiento.

El mantenimiento de la placa lisa consiste en limpiarla a fondo al final de cada jornada, eliminando restos de grasa y alimentos. Usa desengrasante específico para placas y una espátula adecuada. No dejes que se acumulen capas de suciedad, ya que pueden solidificarse y dificultar la limpieza.

Evita el uso de productos abrasivos o estropajos metálicos que puedan rayar la superficie. Si la placa es de hierro, sécala bien tras la limpieza para evitar oxidaciones. Si la placa es de cromo duro, utiliza siempre desengrasante específico para cromo y espátulas de punta roma para no dañar el recubrimiento.

Un mantenimiento regular y el uso de productos adecuados garantizan el buen estado de la placa y previenen incidencias que puedan afectar a la cocción o a la seguridad alimentaria.

Limpiar la placa después de cada uso es esencial porque la grasa y los restos de alimentos, al enfriarse, se solidifican y forman una capa difícil de eliminar. Esta acumulación no solo dificulta la limpieza, sino que puede dar la impresión de que la placa se está pelando o deteriorando.

Una placa sucia pierde capacidad de transferencia térmica, lo que afecta a la cocción y puede provocar que los alimentos se peguen. Además, la acumulación de residuos puede generar malos olores y afectar a la higiene. Una limpieza adecuada y frecuente mantiene la placa en óptimas condiciones y prolonga su vida útil.