Mantener tu lavavajillas o lavautensilios en buen estado no solo alarga su vida útil: garantiza un lavado eficaz, evita averías y mejora la higiene en tu cocina profesional.
En este artículo te dejamos una guía clara y útil para el mantenimiento diario y periódico de estos equipos imprescindibles en cualquier bar, restaurante, comedor o cocina industrial.
Antes de empezar la jornada, asegúrate de lo siguiente:
Al terminar el día, no basta con apagar la máquina. Estos pasos te ayudarán a mantenerla en perfectas condiciones:
Una vez limpia:
Para limpiar un lavavajillas profesional se recomienda usar siempre un detergente específico para lavavajillas industriales y un abrillantador adecuado, ambos en formato profesional y compatibles con sistemas de dosificación automática. Es importante elegir productos que sean aptos para el tipo de vajilla y analizar el agua para evitar problemas de cal.
Si la zona tiene agua dura, se aconseja añadir un descalcificador o productos antical para evitar incrustaciones y mantener el equipo en perfecto estado. Evita productos domésticos o genéricos y apuesta siempre por químicos profesionales homologados para Hostelería.
Las manchas de óxido en el interior del lavavajillas suelen aparecer por el uso de detergentes muy agresivos, agua con mucha cal o dejar piezas húmedas dentro tras el lavado. También puede influir el tipo de material de la vajilla o cubertería, sobre todo si no es acero inoxidable de calidad.
Para evitarlo, usa detergentes suaves, seca bien los utensilios al terminar el ciclo y revisa la dureza del agua (un descalcificador ayuda mucho). Si ya han salido manchas, límpialas con vinagre o limón y seca bien después. Así alargas la vida del lavavajillas y evitas el óxido.
Dejar la puerta del lavavajillas abierta al terminar ayuda a que el vapor salga y la humedad se evapore más rápido, evitando que queden gotas y marcas de cal en la vajilla y el interior.
Así se mejora el secado y se reduce el riesgo de malos olores o acumulación de cal, ya que el vapor no queda atrapado dentro. Es un truco sencillo para mantener el lavavajillas en mejor estado y la vajilla más limpia.
Si el brazo aspersor de un lavavajillas está bloqueado, el lavado pierde eficacia porque el agua no llega bien a toda la vajilla. Esto suele deberse a restos de suciedad o cal que obstruyen los orificios o el giro del brazo.
Para solucionarlo, apaga el equipo, desmonta el brazo (normalmente es fácil y no requiere herramientas), límpialo bajo el grifo y revisa que los orificios estén libres. Si sigue bloqueado, revisa también los filtros y vuelve a montar todo bien antes de usarlo de nuevo.
© Blog Hostelería
Autor: Tomás Díez
Publicado el domingo, 6 de septiembre de 2015
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